Hasta cuando

 Tarajal, como no te había comentado

A menor coste y mayor rendimiento, mejor. Este es el lema del mundo capitalista, de este mundo sin fe ni ley, al que se refiere Tolstói. Algunas páginas sombrías de la historia nos cuentan que millones y millones de africanos fueron arrancados a la fuerza del continente para saciar el deseo insaciable de Europa. Este comercio ingresó a este continente más ganancias que ningún otro negocio. Muchas obras cuentan que se compraba un esclavo a menos de dieciséis libras esterlinas (...) antes de meterlo en un barco, dónde el sin volver se estampaba en su mente, el dolor de dejar una tierra conocida, los gemidos lo acompañaban durante todo el trayecto y después lo vendían a más de ochenta. Digo todo el trayecto, si con suerte, su dueño con un deseo jubiloso, no le tiraba al mar como regalo a los grandes peces, que eran los únicos testigos de este hecho inexplicable. Pues son estos hombres y mujeres, comprados al precio de un pescado tostado, quienes eran las mercancías de este negocio. Son estos hombres y mujeres que tienen sus huellas digitales sobre las paredes de las grandes ciudades occidentales:
Liverpool, Nantes, Virginia, Alabama...
Llegó la revolución industrial, los capitalistas se dieron cuenta de que una máquina podría aportar más que el hombre o la mujer que había pasado toda su vida trabajando como un burro, estaba obsoleto y decidió descolonizarlo. No porque el humanismo o los autores del renacimiento habían recomendado este acto, sino porque allí había más ganancia. Guardar el hombre o la mujer que había gastado toda su fuerza física y mental, era un peso, un gasto adicional, así que tenían que abandonar el plato una vez estaba la comida cocida. Durante este proceso de descolonización, los dueños fueron recompensados con millones y millones de libras esterlinas y son los descendientes de estas personas quienes han acuñado y están promoviendo la idea de la meritocracia.
Después de tener casas construidas
Caminos asfaltados
Barrigas saciadas
Puentes tendidos
Vidas arregladas
Materias primas traídas,
Había que buscar una manera para reducir a nada estas obras realizadas por los esclavos. Exponer a la muerte diaria y comparar el alma de personas maltratadas a algo maldecido, como lo proliferan algunos libros.
Expuesto esto, podemos analizar juntos los sucesos diarios y entender mejor cuando oímos que tiraron balas de goma contra inmigrantes que estaban cruzando a nado en Tarajal en 2014. Con pocas balas, se alejó a muchos subsaharianos, como con el mismo maltrato, se acabó con la vida de los tantos hombres y mujeres en las plantaciones. Creo que la sorpresa ya no se apodera de ti, si escuchas que dejaron a un mantero ahogarse en Sevilla. Tampoco te sorprenderá cuando digan que Europa/occidente está devolviendo a los sin papeles, como si los que construyeron los grandes edificios tenían papeles. Así es Tarajal, un crimen contra los inmigrantes, denunciar un proceso, exponer una idea a luz, y acabar con esta tragedia. 
No nos preguntamos hasta cuando, Tarajal está pasando, cada día se tiran balas reales en los juzgados, con leyes de extranjería incomprensibles. El caso del Sur de los Estados Unidos es una demostración clara, el hombre más rico del mundo tiene como punto de mira expulsar a los inmigrantes siendo él mismo sudafricano. Cuando la cabra muerde, el perro se esconde de vergüenza. Cuando Musk ayuda a Trump a expulsar a la población más débil, cierro mi libreta, escondo mi pluma, la cabra se comió el hueso. 
Debemos entender que cuando se habla de globalización, es una alianza entre las potencias mundiales y una restricción a los menos aventajados.  Cuando mencionan el liberalismo, hablan de las materias primas. Hasta cuando se habla de los objetivos de la agenda 2030, nunca mencionan reducir la fabricación de armas. 
Al fin y al cabo, no escribo estas líneas para expresar mis miedos. Morir, morimos todos, como decía Julio Anguita. Escribo para que nos levantemos, la oligarquía nunca había tenido tanta influencia en la escena política, mediática y tecnológica. Como he expuesto, Tarajal es una lucha por los derechos humanos, un grito contra la injusticia. Tenemos un mundo, aunque los poderosos se han adueñado de todo, contaminan el aire, el agua, se cargan a los animales y todo en su camino. Pero como decía Thomas Sankara, cuando el pueblo se levanta, el imperialismo tiembla. 

En Tarajal el pueblo te cita.

La Revista Inmigrante

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