Los condenados de la tierra



Los condenados de la tierra

¿Quién es Frantz Fanon?

 Sin lugar a duda, Frantz Fanon fue uno de los grandes autores que más han trabajado sobre la colonización, el racismo y los movimientos panafricanistas. Nació en 1925 en la isla de Martinica, psiquiatra de profesión, Fanon descubrió las abominables exacciones de Francia en el continente africano cuándo se fue a Argelia para ejercer su profesión en un momento en que el país de Charle de Gaule, después de ser salvado por los guerreros africanos, se había vuelto para seguir sus operaciones de saqueos, que las potencias occidentales habían iniciado desde el inicio de los tiempos. Haciendo referencia a un refrán africano: 

"Cuando uno nombra comandante a su hijo, no debería sorprenderse el día que se le pida el impuesto".                                                  



¿De qué nos habla en esta obra?

“Si algo conociese mejor el ojo que las lágrimas, tendría la intención de destruirlo. Aunque otros piensen que la pupila es la más apropiada para controlar los incontables movimientos del ojo dentro de la cabida ocular”.
Este dicho es para explicarte que Fanon no es un escritor cualquiera, sino que vivió en cuerpo y alma las consecuencias drásticas que causó la invasión francesa en el continente africano y sobre todo, en Argelia, entre 1954 y 1962. Si hay que preguntar a un testigo, no encontraremos ninguna dificultad para decirte que Fanon es el adecuado, el legitimo, la persona por excelencia para contarnos desde la experiencia propia el genocidio que cometió Francia y sus aliados, recién liberados del jugo Nazi. Y también para aclarar el horizonte como lo hace el sol de la mañana para secar las lagrimas que la oscuridad de la noche deja en las caras de los que piensan que todo esta por perder. Fanon ha visto las bombas de los colonos, planeadas y dibujadas desde las salas de las Naciones Unidas, no con los bolis sino con los lápices, es decir, escribir que nacemos todos iguales por la mañana y borrarlo una vez cruzado el Mediterráneo. Pero esta vez el imperio se enfrentó sin medir la temperatura ambiente en el corazón de un pueblo, sin medir cuán decidida era la población argelina que tenía todo por ganar y nada por perder.
El psiquiatra nos hace viajar a través de esta obra maravillosa (Los condenados de la tierra) desde de dentro de este territorio que había sido el teatro de las batallas abominables hasta las afueras del continente africano, dando estrategias a los pueblos maltratados, dominados, violados, aniquilados, en resumen, a los pueblos cosificados.

Es imposible describir este libro en su totalidad, por esa razón os daremos las líneas que nos parecen de actualidad y que engloba la totalidad de la lucha de los países en vía de libertad.


Relación Violencia-Libertad

  Empezamos con la violencia, según Fanon, recurrir a la fuerza es el camino indispensable e inevitable para acceder a la libertad. Pero la fuente de esta violencia no viene del colonizado sino del colono. La explicación es sencilla y se entiende mejor cuando pensamos en George Floyd, este negro afroamericano que vio su vida irse al cielo mientras que su cuello estaba bajo la rodilla de un policía sin alma ni corazón. Para equilibrar la báscula o al menos para poder levantarse, Floyd necesitaba una fuerza mayor que la barbarie que no tenía otro pensamiento que soy el superior, el que manda, tú tienes que obedecer o te mato. De la misma manera, el colonizado cuando quiere que cese el saqueo, cuando quiere gozar de su tierra, cuando quiere conectarse con su pasado, en fin cuando quiere ser el dueño de su vida, no solamente es suficiente con decir basta, si no que hace falta librar una fuerza proporcional. Y sabemos que el colono no se sentó con dulzura, con palabras bonitas como lo pretende sino a través de armas, de bombas y de bombardeos. Por eso no debe sorprenderte los golpes de Estados en muchos países africanos, la formación de nuevos polos económicos como los BRICS y las revueltas contra las decisiones indignantes de la ONU sobre las resoluciones de los problemas cruciales para que vivamos mejor sin discriminar ni rechazar.

En la segunda parte del libro, Fanon nos dice el débil que es el colono, la cantidad de miedo con el que anda, cuando piensa que se le restringe el acceso a su tierra prometida, que ya no puede traer como de costumbre los diamantes de Guinea, el oro de Mali, o el uranio de Nigér. No duerme cuando
piensa que las chicas ébanas no serán propiedades suya como era de costumbre. Se enfurece cuando piensa que ya se va a acabar la recarga gratuita del coche de sus hijos con la gasolina de los pozos negros. Se muerde los labios cuando sueña que es el fin de exponer a los negros como se hacían en Marsella en 1922 y en otro territorios europeos, perdóname si ensucio nuestra lectura al mencionar las manos cortadas por Leopoldo II de Bélgica en el territorio congoleño. Fanon nos dice que el miedo del colono es el hecho de pensar en perder su empresa donde las mercancías son los oros negros de África.
También habla de aquellos que desde el interior del continente africano ayudaron, ayudan y siguen ayudando el colonialista de enraizarse a cambio de un mero beneficio. La existencia de estos últimos hace que el pueblo al fin y al cabo se divide y dar lugar a la creación de grupos restringido, de partidos revolucionarios, de asesinatos en fin de guerras interminables.

Algo bastante importante, que los propios colonizados no ven, es una batalla que hasta ahora la está ganando el capitalismo, y es la separación de los territorios. Una mañana de 1884, las potencias europeas se sentaron en Berlín para dividir el continente africano como una tarta de Navidad. Y hasta ahora no nos resulta sorprendente escuchar a un panafricanista diciendo: soy de Mali, soy de Senegal soy de tal o cual país... Al mencionar eso no se da cuenta de que está colaborando en hacer una realidad indeleble. El plan separatista del occidente para asentar su fuerza mediante la política dividir para vencer.



Pero algo fundamental que Fanon menciona es con cuán inteligencia las empresas coloniales hicieron para integrar la población europea en su ideología. Es por eso que cuando hablas mal de la campaña colonial de Francia en África, la población francesa se ve directamente señalada con la punta del dedo. Lo mismo pasa cuando hablas de las exacciones de Leopold II el tirano belga, de la matanza por parte del reino británico, de la expedición de Colón en América...etc. Este enfado ciego sin darse cuenta, es la falta de conexión y de comunicación entre los indignados europeos y los colonizados en los países dominados. Según Fanon unos de los primeros pasos para acabar con la colonización y la servidumbre del hombre por el hombre es que estas poblaciones dejen de hablar en nombre de los grandes monopolios y que se den cuenta de que las expediciones coloniales no se hicieron para civilizar, ni para acercar sino para enriquecer una pequeña parte de la población mundial. Por eso, siempre se habla en las cadenas de radio y de televisión de la llegada de los inmigrantes sin una palabra sobre el porqué está creciendo la brecha entre los más ricos y los más pobres.
A Fanon, no se le olvidó cuestionar a los intelectuales africanos, les hizo sentarse como le hace todo buen psiquiatra en su oficina para escucharles. De sus bocas salían, libertad, igualdad y fraternidad. Pero estando en la cima como les pretendían, estos intelectuales no se dieron cuenta de que esta Francia que saquea, viola, coloniza, crea milicia, apoya al terrorismo tiene como lema libertad, igualdad y fraternidad. Así que esta gente después de estudiar en las grandes universidades occidentales, habían aprendido a hablar como sus dueños a soñar como ellos, hasta a destruir sus propias poblaciones como lo hacen sus jefes.
Por eso no nos sorprende Leopold Senghor, el primer presidente de Senegal cuando en una entrevista cuando dijo “la lengua francesa es la lengua de los intelectuales”
Por eso hemos asistimos a una desnaturalización de los africanos, a un proceso de abandono a nuestros idiomas para aprender el francés, el inglés y otros. A echar nuestra cultura al más hondo del cajón del olvido.
No puedo avanzar sin contarte un pequeño cuento que nos contaban los ancianos bajo los Boabads, la historia del león y del burro:
Un burro temeroso de ser un día el desayuno del león se fue a pedirle a este último diciéndole que quería ser como él.
- El león contestó aunque me gustaría que seamos iguales, tus orejas me parecen demasiadas grandes.
- El burro al escuchar esa palabra en la boca del león se fue y se cortó las orejas, y cuando volvió, preguntó al león, ¿Cómo me ves?, ahora somos igualitos.
- El león le contestó, no nos parecemos y ahora ni te pareces al burro.

Fanon nos dice que el papel de los intelectuales no es y no será, el de enseñar cómo manejar la lengua de Molière ni el idioma de nadie, sino abrir caminos para acabar con el hambre, de restituir la persona y eso se hace sin memorizar el diccionario.


Este libro ha sido y sigue siendo sin duda la herramienta por excelencia para estudiar las maniobras del colonialismo.
Jean Paul Sarte en el prefacio dice que ya no hay excusa para decir no sabíamos, todo está aquí en este libro “abrid y leedlo” y veréis las atrocidades que se cometieron en vuestros nombres.

Al colonizar, el colono se sale de la piel humana, del espíritu humano. Se ve superior a todo, se siente legitimado para obtener y hacerse dueño de todo. Fanon dedica una de las últimas partes del libro a la llamada guerra colonial y los trastornos mentales a explicar las consecuencias drásticas de la guerra y las influencias negativas que causan trastornos no solamente a los colonizados sino también a los nostálgicos de tiempos napoleónicos.

Por eso, tampoco no nos sorprende cuando Nicolas Sarkozy el ex presidente francés mencionó que África no ha entrado en la historia y últimamente Joseph Borrell el alto representante de la Unión Europea para asuntos exteriores y política de seguridad, dijo que Europa es como un jardín y resto del mundo como una jungla.

Encontraras también:

  • Cómo los dirigentes africanos destituyen a la oposición, sus estrategias de colaborar con el colono.
  • La opresión de las élites financieras
  • Nos invita a no imitar a occidente que a través de una pretendida misión de civilización estaba a punto de ahogar el planeta entero.
  • Habla de la creación de milicias por parte de Francia, los test de bombas nucleares en el Sáhara
  • Fanon no olvida nada (la guerra de Vietnam, los movimientos Mau Mau en Kenia, los poemas mágicos de los griots (los poseedores de la palabra) , hasta el proceso de selección de personas africanas por la liberación de Francia)
  • La necesitad de reunir las fuerzas y voluntades no para volver a la África de hace siglos sino para cambiar el rumbo que nos está llevando hasta la desaparición de seres humanos.



Nos limitamos aquí contando lo poco y dejando en vuestra mano lo mucho, lo precioso y lo necesario que ha sido y que sigue siendo este libro.
El hombre o la mujer colonizado(a) o que está en camino para asentar la justicia 

social, cuando utiliza el pasado debe hacerlo con la intención de abrir el futuro, de invitar a la acción, de fundar la esperanza. Pero para asegurar esta esperanza, para darle densidad, hay que participar en la acción, comprometerse en cuerpo y alma en la lucha.












 

Comentarios

A través de este blog entraremos en los misterios de los autores africanos, muchas veces censurados

ASOCIACIÓN MALI KURA SEVILLA

Carta a Victor Hugo

Discurso Sobre colonialismo